Recientemente estuve con Meli y Davicito, mi esposa y mi hijo de tres años, visitando un lugar con muchas luces de decoración navideña. A Davicito le gusta la Navidad. Aunque él en este momento entiende y cree que la navidad son todas las luces y decoraciones que hay en los centros comerciales, las calles y los parques. Es por eso que él nos dice: “Papi y mami, llévenme a ver la Navidad”. Así que lo llevamos a ver “la navidad” de ese lugar lleno de guías navideñas. En la noche, cuando llegamos a nuestra casa me dijo: “Papi, amo la navidad”.
Sea lo que sea que creamos, por alguna razón esta temporada nos trae alegría y esperanza. Creo que parte de esto se debe a todas todas las luces que nos rodean en estas fechas.
Un estudio demostró los efectos que la luz tiene para moldear nuestros sentimientos. Se demostró, por ejemplo, que la escasez de luz aumenta las sensaciones de relajación, como el sosiego y la calma, pero también la melancolía y la tristeza. Por otro lado, también se evidenció que al estar más expuestos a la claridad se activan los sentimientos positivos como la alegría. De hecho, la evidencia clínica apoya la relación entre la luz y la depresión. En las personas que han sido diagnosticadas con este padecimiento es característica la tendencia a la fotofobia: lo que los lleva a encerrarse en cuartos oscuros, cerrar las ventanas y ocupar gafas de sol… La tristeza se esconde en la oscuridad y es por eso que los humanos hemos creado la luz artificial y tanta tecnología para alejar las tinieblas.
¿Pero qué pasa con el estado de nuestras almas? ¿Cómo podemos alejar las tinieblas que invaden nuestros corazones?
En la Biblia, la palabra “oscuridad” aparece 46 veces en 46 versículos. Y la palabra “tinieblas” podemos encontrarla 143 veces en 132 versículos. Ambas cosas son realidades que no podemos omitir y que en algunas ocasiones hacen referencia a diferentes condiciones negativas en los corazones de los hombres que tampoco podemos pasar por alto. Emocionalmente hablando, la tristeza, la depresión y la ansiedad son palabras con las que podríamos describir este 2020. Pero, ¡Hay esperanza!
En la Biblia la palabra “luz” aparece 378 veces en 344 versículos. Por medio de dos palabras diferentes en hebreo y cinco en griego. ¡Hay mucho más énfasis en la luz! Y está disponible para todos.
Jesús dijo en Juan 8:12: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida…”
Navidad puede traer verdadera alegría y esperanza a nuestras almas. O, lastimosamente, podemos decidir quedarnos en oscuridad total. Juan 3:19 nos dice que “la luz vino al mundo, pero los hombres amaron más las tinieblas que la luz”.
Las luces de navidad nos ilusionan, pero la luz de Jesús puede y quiere darnos vida en él.
“En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella”. Juan 1:4-5.
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https://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20130719/54377609631/luz-y-estado-de-animo.html
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